Páramo de Corcos con tarta de chocolate

Antes de comenzar, reconocemos la tardanza del maridaje, y os pedimos disculpas. A pesar de que os lo presentamos hace meses, se nos ha hecho difícil poder encontrar el tiempo y la forma de transmitiros todas las sensaciones y experiencias que nos produjo ésta extraordinaria unión.

Kiko y su saber hacer fueron los responsables de la creación de Páramo de Corcos, un vino brillante, con un bonito color violáceo y un potente y perdurable gusto en boca. Con éstas cualidades, sólo podíamos pensar en CHOCOLATE, CHOCOLATE y más CHOCOLATE. Barajamos otras opciones, pero era tarde, teníamos el pensamiento inundado de un solo sabor, de un solo olor y de un solo color.

Así pues, aceptamos el hecho y continuamos al siguiente nivel, elaborar lo que bien podría llamarse Muerte por Chocolate, un denso bizcocho de chocolate ligeramente emborrachado de almíbar de Cointreau, relleno de trufa negra y todo ello bañado con una cobertura brillante de chocolate. Una explosión de sabor, tan potente, que sólo los grandes amantes de éste producto serían capaces de repetir.

Llegados a éste punto, estábamos listos, reunimos a nuestros ayegados alrededor de la mesa, y comenzamos con la cata. Un poco de vino, un poco de tarta, una anotación en el cuaderno, más vino, más tarta, más anotaciones… repetíamos el ritual, buscábamos el detalle más ínfimo, y tras un período de reflexión y una extensa sobremesa de intercambio de impresiones, obtuvimos una única conclusión: "ambos potentes, ambos perdurables, ambos díficiles de maridar en primera instancia, pero, sin embargo, de las mejores parejas que hemos propuesto en éste tiempo. Se realzan, se complementan y se mejoran incondicionalmente".